Lamentablemente hemos empezado el año de la peor manera posible, con la triste noticia de que algún compañero ha perdido la vida o se ha accidentado con consecuencias graves, por caídas de altura.
Estos accidentes han ocurrido en Madrid, Toledo y Tarragona, pero pudo pasar en cualquier otro lugar, de ahí que sea necesario que todos los profesionales de los trabajos temporales en altura, independientemente del Equipo de Trabajo utilizado, andamio, escalera, verticales, o utilizando maquinaria de elevación, que se conciencien y reflexionen, de que trabajar en altura, es exponerse a riesgos laborales especiales, con consecuencias graves o muy graves para su salud, o incluso la muerte.
De momento, por estar “subyudice”, poco se sabe aún de las causas de estos desgraciados sucesos, si se han debido a un descuido, una negligencia, la intervención de un tercero mal intencionado o simplemente su evitación estaba fuera de cualquier control o evaluación previa.
Pero aun así, al que redacta este artículo, me hace reflexionar y hacerme preguntas, no solo respecto de los accidentes acontecidos, sino en general:
¿Se están evaluando e identificando adecuadamente los riesgos existentes en la ejecución de los trabajos temporales en altura?
¿Se están aplicando las medidas de seguridad y salud adecuadas?
¿Los trabajadores han recibido una formación adecuada y específica conforme indica la normativa?
¿Se han planificado los trabajos a ejecutar?
Estas son algunas de las preguntas básicas que realizo, sin perjuicio de otras muchas más, las cuales son también importantes a la hora de poder darles una respuesta sincera y concreta, que me permita de manera eficaz comprobar que se hacen las cosas de manera adecuada, con seguridad y garantizando la salud de los profesionales afectados.
Es cierto, que se está en un mercado competitivo, muy competitivo, donde todo es urgente y donde aplicar una política de seguridad y salud severa, muchas veces parece que pudiera contravenir la rentabilidad u operatividad del negocio y es muy fácil caer en la tentación de “solo por esta vez” y poder rebajar las exigencias en materia de prevención y seguridad en los riesgos laborales que atañen a los trabajos temporales en altura.
Nuestra experiencia nos ha enseñado que lo importante es hacerse esas preguntas cada vez que te enfrentas a tu trabajo diario, ya seas técnico, encargado o jefe, porque solo así, los profesionales, se autoimpondrán la mejora continua y usarán toda su capacidad en asegurarse, comprobar, revisar, etc., que se cumplen y aplican las medidas de seguridad y salud establecidas para la ejecución de las tareas y trabajos encomendados.
Mucho ha llovido de los primeros trabajos en altura que realizaba el que escribe y los inicios de Descuelgue, la empresa en la que trabajo.
Creía que con la última trepada del fin de semana, ya estaba más que capacitado. Hoy nuestro estándar de seguridad y calidad, nuestra experiencia y conocimientos adquiridos son mucho más exigentes, pero a veces hay alguna situación en el día a día en la que se siguen pasando cosas por alto. Por eso mi respuesta siempre ha sido ¡NO! ¡Aún se puede mejorar!
Hoy muchos se consideran “super buenos”, ¡la seguridad es lo primero! dicen, son la “leche” y se autocomplacen diciendo si! Están convencidos de hacen todo muy bien y bla, bla, bla…
Suelo alucinar cuando veo como se publicitan otros “compañeros” o hablas con algún que otro “profesional” de los trabajos temporales en altura, y pienso… vaya! ¿ me falta tiempo? y martillea mi cabeza diciéndome que medidas nuevas que puedo implementar para trabajar con seguridad.
En Descuelgue hacemos trabajos en altura utilizando las técnicas acceso y posicionamiento mediante cuerda, muchos de ellos muy complejos desde el punto de vista técnico donde el acceso, el entorno e incluso la climatología son muy desfavorables, pero los que más me inquietan de todos, siguen siendo las cubiertas a dos aguas sin ningún elemento al que amarrarte, los típicos de la “obrita rápida”, las que me tocaba hacer los lunes, después de volver de “trepar por la montaña”, y me decía que ya “lo sabía todo”.
Por suerte para todos, ya quedan lejos esos años en los que el material disponible solía ser escaso o se usaba el deportivo, cuando ser escalador era suficiente y el casco de cobardes, pero hoy veo que teniendo más medios, mas conocimientos y de manera más accesible y abierta, la falta de celo y respeto de algunos al trabajo en altura se enmascara tras un certificado de formación obtenido incluso online, algo inadmisible desde cualquier punto de vista.
Creer que darle una cuerda, un casco y un arnés a un chico ya es suficiente para evitar un accidente, o que con el cursito acorde a… y que además sea escalador o lo parezca, se evita que pueda tener una caída con graves consecuencias, es absolutamente injustificable. A pesar de más de 20 años de auge de los trabajos verticales e implantación de la ley de prevención de riesgos laborales, se sigue teniendo un mercado muchas veces desigual entre sus actores y muchos clientes confundidos con una oferta extensa en la que todos parecen estar a un mismo nivel de rigor y cumplimiento. Por suerte, mejorar esto está en nuestras manos.
En Descuelgue seguiremos trabajando por que nuestros procedimientos de trabajo sean claros, intuitivos y vayan unidos a la identificación, evaluación y control de los riesgos, a seguir cumpliendo con nuestras obligaciones en materia de seguridad y salud, y en formar a nuestros técnicos bajo estándares formativos reconocidos como el de Anetva, con más de 25 años de reconocimiento, que se configura en una estructura formativa escalonada, progresiva, eminentemente práctica, y sometida a reciclaje, cuestión importante para la seguridad de los técnicos, así como invirtiendo en los mejores equipos de trabajo, la promoción de nuestro personal y sobre todo nuestro tiempo porque Descuelgue lo son sus personas, personas especiales con los que no podría perdonarme, si alguno no está, por no haberme hecho todas esas preguntas.
Daniel Romero Azorí
Director General