En ANETVA tenemos extraordinarias relaciones con asociaciones idénticas en sus fines —la defensa y reivindicación del trabajo en altura mediante acceso por cuerda— en toda Europa. Queremos presentar a tres de ellas: FISAT (Alemania), SOFT (Noruega) y SFETH (Francia). Con las que, además, creamos en 2011 el Comité Europeo para los Trabajos Verticales (ECRA). Aquí nos cuentan sus orígenes, la situación de la actividad vertical en sus países y sus desafíos.
La más veterana es FISAT. “La asociación fue fundada en 1995 para establecer y legitimar los trabajos verticales en Alemania. Actualmente contamos con 170 empresas asociadas, que van desde autónomos hasta grandes empresas con actividad internacional. Muchos fabricantes de equipos, sus filiales alemanas o agentes también son miembros. Nos enorgullece que la asociación haya pasado de ser un grupo de personas dispuestas a apoyar su propio caso a ser un aliado sólido que asesora a varias ramas de la industria, al Gobierno y otras autoridades”, afirma Sven Drangeid, gerente de FISAT.
SOFT son las siglas de la asociación noruega, que acaba de cumplir veinte años. “Tenemos treinta empresas asociadas, la mayoría de ellas relacionadas con el petróleo y el gas en alta mar, pero ahora están creciendo las vinculados al viento y al acceso por cuerda en entornos urbanos”, explica Tore Rønstad, secretario de la asociación y su director técnico. “SOFT fue fundada en el año 2000 –añade–. En ese momento IRATA ya estaba presente, pero las empresas noruegas querían tener su propio código de práctica y asociación. Somos la única asociación de acceso por cuerda en Noruega, y trabajamos para promover los accesos por cuerda tanto en el mar como en tierra”.
SFETH es la asociación de Francia. “La SFETH se registró en junio de 2002, con la fusión de dos sindicatos. Representamos a los contratistas pertenecientes al sector de las obras públicas o de la construcción que tienen como actividad principal o secundaria los trabajos verticales mediante acceso por cuerda”, expone Floriane Forgeot, secretaria general de SFETH. “Proporcionamos comunicación y buenas relaciones entre todos los asociados –continúa–, representamos a la comunidad de trabajos verticales mediante acceso por cuerda ante las autoridades públicas y promovemos los intereses de sus miembros y de la profesión”.
Los desafíos pendientes: una seguridad incontestable
Los retos a lo largo de los años han cambiado en cada una de las asociaciones, pero todos coinciden de que aún queda mucho por hacer. “En 1995, los trabajos verticales mediante acceso por cuerda no estaban regulados y, por lo tanto, estaban prohibidos en la Alemania reunificada, mientras que en la RDA, la antigua Alemania Oriental, sí estaban permitidos –valora Sven Drangeid–. El principal problema es que algunas instituciones e individuos creían que los trabajos verticales mediante acceso por cuerda son el uso de los EPI contra las caídas en altura, y todavía estamos persuadiendo y aclarando que esto es un concepto erróneo”.
La valoración que hace Drangeid muestra que los medios de comunicación, por ejemplo, aún no muestran una imagen real del trabajo vertical. “La situación ha mejorado en el curso de estos veinticinco años, pero todavía hay mucho trabajo por hacer. El acceso mediante cuerda es exagerado en los medios y desafortunadamente la imagen que tenemos es la de algunos temerarios haciendo un trabajo duro y peligroso –denuncia–. Estamos convencidos de que el trabajo vertical es seguro. Los técnicos están capacitados y altamente entrenados y especialmente los supervisores están muy metidos en los temas de Seguridad y Salud en el Trabajo. Las operaciones de acceso por cuerda se llevan a cabo de forma efectiva y con un nivel de seguridad extraordinariamente alto”.
De forma similar, se manifiesta Floriane Forgeot desde Francia. “Nuestro principal reto fue dar a conocer y reconocer nuestra profesión. Ahora trabajamos principalmente en la seguridad y la cualificación de los técnicos”. Hoy en día la actividad de los trabajos verticales está reconocida en Francia como una profesión de pleno derecho. “Tanto los equipos como los trabajos han evolucionado considerablemente, ya solo tenemos una conexión distante con las prácticas deportivas –describe–. Nuestra profesión está legalmente reconocida pero con limitaciones. Los trabajos verticales sólo están autorizados cuando el uso de otras técnicas, como los andamios o las góndolas, son imposibles o más arriesgadas”.
Curiosamente, en Noruega y en Alemania también sucede más o menos de forma similar. “En nuestro reglamento los trabajos verticales son la última solución para el trabajo en altura, al igual que la protección contra las caídas. Por lo tanto, hay un camino a seguir. En general, todavía hay cierto escepticismo en torno a los accesos mediante cuerda”, sostiene Tore Rønstad, secretario de SOFT.
“Todavía tenemos algunos desafíos pendientes en Alemania. En general nuestros técnicos y empresas operadoras no tienen muchos problemas a la hora de pedir permiso o de trabajar con cuerdas —detalla Sven Drangeid, gerente de FISAT—. Pero tenemos que enfrentarnos a la realidad y evaluar si el acceso mediante cuerda es realmente la mejor manera de realizar un trabajo antes de que se haga una oferta o se envíe un equipo. Si el trabajo se extiende en el tiempo, puede que tenga más sentido poner un andamio. Aunque en este caso, también hay que tener en cuenta los tiempos de montaje y desmontaje de los andamios”.
Rønstad introduce otra tarea aún por desarrollar: la diversificación. “Tenemos demasiado peso de las plataformas de petróleo y gas off-shore. Nuestros miembros son muy dependientes de este mercado. Así que nuestro mayor reto es establecer y hacer comprender el acceso por cuerda en el mercado on-shore”.
Una legislación todavía mejorable
El gran cuenta pendiente de la normativa aplicable al trabajo vertical la resume Sven Drangeid, gerente la asociación alemana. “Esperamos que la frase «las técnicas de acceso y posicionamiento en cuerda pueden utilizarse únicamente […] cuando no se justifica el uso de otro equipo de trabajo más seguro» se abandone a nivel europeo en un futuro próximo”.
Aún así, en general, FISAC muestra su satisfacción por la normativa alemana. “Formamos parte de varios grupos de trabajo oficiales y estamos satisfechos con las normas y reglamentos existentes. La última publicación es sobre Requisitos para la evaluación de los técnicos de trabajos verticales en cuerda. El enfoque principal es el proceso de certificación completamente independiente de la formación, la forma en que la FISAT y la mayoría de las asociaciones de trabajos verticales en cuerda establecidas manejan sus evaluaciones desde hace décadas”.
Tore Rønstad, desde Noruega, sin embargo cree que en su país aún queda mucho por avanzar. “El trabajo vertical se está aceptando cada vez más, aunque lentamente. La regulación existente todavía está lejos de lo que creemos que debería ser”, señala. SOFT tiene un papel fundamental en este sentido, como señala Rønstad: “Estamos participando en la labor de normalización en contacto continuo con las autoridades. También participamos en otros foros para que el trabajo en altura sea cada vez más seguro”.
Coincide con el papel de SFETH en Francia. “Nuestra Unión está comprometida a elaborar recomendaciones técnicas, a participar en la labor de normalización, a la mejora de las normas de seguridad y a la formación y cualificación del personal”, apunta Floriane Forgeot. También con la labor de FISAT en Alemania. “Además intentamos estar presentes en ferias y exposiciones –añade Sven Drangeid– y representar a la industria del trabajo vertical como eficiente, responsable y segura”.
Drangeid lo afirma con rotundidad. No obstante, detalla como el principal logro de la asociación la legislación sobre seguridad en el trabajo vertical: “Nuestras directrices de seguridad para los trabajos verticales han sido la base de las «Normas técnicas para la seguridad en el trabajo. Trabajos verticales» que ha asumido el Gobierno. Los estándares de capacitación y evaluación son altos y nuestro manual es la primera publicación que cubre todas las técnicas necesarias en detalle. Este ha sido un proyecto enorme, pero ha valido cada minuto y cada euro que hemos invertido. Y han sido mucho de ambos”.
La certificación también está en la actualidad en Francia. “La SFETH ha registrado una asociación subsidiaria llamada DPMC (Desarrollo y Promoción del Comercio en Acceso Mediante Cuerdas) para desarrollar y gestionar la certificación de las competencias de los trabajadores de trabajos verticales”, explica Floriane Forgeot, que representa a la asociación en todos sus proyectos. Y añade: “Para garantizar la imparcialidad de las evaluaciones, la DPMC se dedica únicamente a la certificación y ya no a la formación desde 2002. Recluta y capacita a los miembros del jurado, organiza sesiones de examen y transmite las actas de certificación a un organismo nacional y público, el CPNE, que expide los diplomas”.
Retos del futuro: evolución y reconocimiento
En cada país, sin embargo, los retos inminentes de la actividad vertical son muy diferentes, aunque también hay algunas coincidencias. Sven Drangeid, desde Alemania, valora así el futuro inmediato: “La energía eólica es una industria enorme y con más turbinas por venir, especialmente en los parques eólicos marítimos. Somos optimistas en que habrá un aumento de la demanda. Pero hay algunos desafíos que tenemos que enfrentar, ya que el offshore es relativamente nuevo en Alemania. Al no tener petróleo o gas, no hay mucha experiencia en trabajar en el mar. Hay que desarrollar la disponibilidad de helicópteros y servicios de rescate, al igual que los procedimientos para trabajar sobre el agua. En el futuro veremos muchos supervisores de trabajos verticales en cuerda en los departamentos de Seguridad y Salud en el Trabajo, lo cual es una gran oportunidad para nuestro oficio y por supuesto para los respectivos individuos”.
Forgeot insiste que en Francia el camino a seguir es conseguir cada vez más un mayor reconocimiento: “Nuestra profesión está en constante evolución, apoyamos a nuestros miembros en su desarrollo profesional. Representamos a la profesión ante los poderes públicos y hacemos oír nuestra voz para su evolución y reconocimiento”.
Desde SOFT, el balance se dirige más a la reivindicación y la mejora legislativa. “En Noruega tenemos una norma nacional para los trabajos verticales. Contiene un esquema de competencia, requisitos para el trabajo, composición del equipo, nivel de competencia, requisitos para las empresas proveedoras”, enumera. “La situación actual de los trabajos verticales se desarrolla en una dirección positiva, pero vemos que en el extranjero está completamente aceptado y aquí todavía queda algo por hacer”. Por ello, Tore Rønstad destaca la necesidad del diálogo y el apoyo entre otras asociaciones nacionales. “Desde nuestro punto de vista, las otras asociaciones tienen experiencia en otras áreas de trabajo que nosotros. De esto podemos aprender. También estaría bien hacerlo de las estadísticas y de las lecciones que otras asociaciones (incidentes/accidentes) ya han asumido”.
Un diálogo irrenunciable
Floriane Forgeot, secretaria general del SFETH, precisamente, insiste también en la visión de SOFT: “Hoy en día estamos interesados, principalmente, en observar otras formas implementadas por asociaciones similares”. Es lo que también señala Sven Drangeid desde Alemania: “Ser miembro de la ECRA es un gran beneficio. Poder levantar el teléfono y llamar a un colega de Francia, España o Noruega para pedir otra opinión no tiene precio. Estamos agradecidos por el intercambio y la comunicación con cada una de las asociaciones dispuestas a compartir pensamientos e ideas”.
Tore Rønstad, director técnico de SOFT, añade igualmente: “Para nosotros es importante estar en contacto con otras asociaciones. Aprendemos mucho. El acceso mediante cuerdas es en gran escena una pequeña industria. Y creemos que las malas prácticas en otros países también nos afectan. Por lo tanto, tenemos que cooperar en un nivel de calidad y seguridad para asegurarnos de que la tasa de accidentes se mantenga baja. Un ejemplo es que hay preocupaciones en torno a una asociación americana”.
Aunque advierte: “Es importante para nosotros que a cierto nivel no nos veamos como competidores, incluso si nuestros miembros, y en cierta medida nosotros, así lo pensamos. Más allá de ECRA, nosotros tenemos relaciones también con IRATA. La cooperación a cierto nivel es importante. No tenemos intenciones de unirnos a otros comités internacionales en nombre de SOFT. Pero nos sumaremos al trabajo de estandarización internacional si es posible”.
Floriane Forgeot, Delegada General del SFETH, apunta en esta línea: “Hemos formado parte del EPCRA, el Proyecto Leonardo, pero el objetivo de compartir una certificación europea no fue posible o ni siquiera fue solicitado por los socios, por lo que ahora estamos interesados principalmente en mantener el contacto entre nosotros”.
Todos son conscientes, sin embargo, que uno de los débitos de todas las asociaciones, y no solo europeas, es aumentar el número de asociados y la importancia de una actividad vertical cada vez más fuerte y unida. “En primer lugar, una asociación tiene que representar los intereses de sus empresas miembros, lo que manejamos bastante bien. Para el técnico individual de trabajos verticales en cuerda puede ser difícil ver y darse cuenta de lo que la asociación hace por él personalmente, pero lo hace”, sostiene Sven Drangeid desde FISAT. “Para nuestra asociación es difícil reunir a las empresas de trabajos verticales. Estamos mejorando nuestra comunicación para estar lo más cerca posible de los potenciales nuevos miembros”, reseña Floriane Forgeot en SFETH.
“Para nosotros es un tema constante –explica Tore Rønstad desde SOFT–. Esto porque ya no somos dueños del código de buenas prácticas. Se ha vuelto nacional. Así que somos más como una asociación de intereses. Somos más políticos que antes. Así que nuestra estrategia es ser un espacio para que el trabajo vertical sea cada vez más competente y profesional. Nuestros miembros tendrán el beneficio de ser invitados a seminarios donde damos información que es importante para ellos. Podría ser un cambio en las regulaciones, nuevos equipos, cómo realizar los métodos de acceso y así sucesivamente. La norma no describe cómo hacer un determinado rescate, por ejemplo”.