En la ejecución de los trabajos verticales pueden aparecer diferentes situaciones donde, por la tipología del lugar de trabajo o de las instalaciones, o por el sistema de acceso, se dan unas especiales circunstancias y condiciones de riesgo. Entre todas ellas, cabe destacar los espacios confinados (EECC).
Cada vez es más común que tareas de limpieza, mantenimientos o instalaciones en depósitos, cubas, hornos, tanques de almacenamiento, etc., se realicen a través de técnicas de trabajo vertical. Estos lugares tienen la consideración de espacios confinados y por tanto hay que tener en cuenta algunas cuestiones de vital importancia.
Es necesario que el trabajador vertical que se vea afectado por estas especiales situaciones, sea formado e informado respecto a las medidas de seguridad a adoptar en la ejecución y realización de los trabajos.
¿Qué es un espacio confinado?
Entendemos por espacio confinado cualquier espacio con aberturas limitadas de entrada y salida y con ventilación desfavorable, en el cual pueden acumularse contaminantes tóxicos o inflamables. Esto significa que el trabajo vertical se desarrolla con una atmósfera con deficiencia de oxígeno. Y, por tanto, no está diseñado para una ocupación continua por los trabajadores.
Cualquier lugar de trabajo que cumpla con alguna de estos aspectos exigirá de una especial planificación, además de la realización una evaluación específica de los riesgos a los que los trabajadores verticales pueden estar expuestos en su interior.
Por sus características, los espacios confinados generan habitualmente una acumulación de riesgos múltiples, independientemente del método de trabajo utilizado. Por un lado, aparecerán unos riesgos específicos que son originados por una atmósfera peligrosa que puede dar lugar a los riesgos de asfixia, incendio o explosión e intoxicación.
Además, están presentes los riesgos comunes que, al margen de la peligrosidad de la atmósfera interior o al método de trabajo utilizado son debidos a las condiciones y características del espacio como lugar de trabajo, como: limitada iluminación, incomodidad de posturas, amplificación de ruido, vibraciones, calor, etc.
Riesgos asociados a los espacios confinados
Principalmente, son tres: asfixia, intoxicación e incendio o explosión. La asfixia es la consecuencia de la falta de oxígeno. En un espacio confinado La falta de oxígeno está ocasionada al producirse un consumo de oxígeno o un desplazamiento de éste por otros gases producidos en el interior.
La intoxicación se produce cuando el aire que se respira contiene una concentración de productos tóxicos por encima de determinados límites. Esta exposición puede producir intoxicaciones agudas o enfermedades.
El incendio o explosión sucede cuando en el aire se produce una concentración de gases o vapores inflamables que supera en un 10% de su valor límite de inflamabilidad.
La materialización de cualquiera de estos riesgos puede poner en peligro la vida del trabajador en cuestión de minutos. Por ello, es de vital importancia el control de los riesgos específicos por atmósferas peligrosas, adoptando unas estrictas medidas preventivas en base a la evaluación de riesgos realizada.
Evaluación y control: mediciones
Esta evaluación y control de riesgos implica, entre otras cosas, analizar y verificar las condiciones ambientales, a través de mediciones del aire del interior con el empleo del instrumental adecuado. Las mediciones deben realizarse previamente a la realización de los trabajos y de forma continuada mientras se realicen.
Son también tres, básicamente. La medición de oxígeno tiene asegurar que el aire debe contener un 21 % de oxígeno. Por debajo de un 20,5 % se entrará con suministro de aire. Por debajo del 18% se considera atmósfera deficiente en oxígeno.
La medición de atmósferas explosivas se realiza mediante explosímetros, calibrados respecto a una sustancia inflamable patrón. Mientras se realizan las mediciones desde el exterior, hay que evitar los focos de ignición en la entrada. La medición de atmósferas tóxicas se utilizan detectores específicos en función del gas que se espera encontrar.
Evidentemente, además de las condiciones de los espacios confinados también existen otros tipo de situaciones a las que se exponen los trabajadores verticales, como la fatiga causada por las especiales condiciones de humedad y temperatura o la angustia y fobia causadas por las dimensiones del espacio, ante las que se entrenan en la formación.
Equipos necesarios y específicos
Los trabajadores verticales involucrados en la realización de trabajos en espacios confinados deben disponer de los medios y equipos necesarios, además de la formación específica. Con el objetivo de verificar el cumplimiento de todos los pasos previos a la entrada en el espacio confinado, es necesario un “control de entrada”, que se verá reflejado en un “permiso de entrada”.
Con este documento se verifica que las intervenciones en estos lugares, esté precedida por una evaluación de los riesgos que pueden presentarse durante el acceso y permanencia en el interior del recinto y además de garantizar la adopción de las medidas preventivas más adecuadas para cada caso concreto.
Para el acceso se deberán utilizar una serie de equipos, como cascos, caretas y trajes de protección que deben ser suministrados en el área de trabajo. En el plan de seguridad se decidirá si se requieren los respiradores y los monitores portátiles de aire, y cuáles son los más adecuados para el tipo de peligro existente.
También se incluirá un equipo especial de iluminación, herramientas que no produzcan chispas, que deben estar disponibles antes de entrar al espacio confinado.
En cuanto a los equipos específicos se encuentran detectores portátiles de gases, equipos de escape que permiten la evacuación de zonas no respirables y tornos de evacuación que permiten una evacuación rápida del trabajador.
Un plan de actuación en caso de emergencia
En la ejecución de trabajos en espacios confinados, como medida preventiva y de seguridad incluida en el proceso o procedimiento de rescate o evacuación, debe estar presente en el lugar donde se realicen los mismos, una persona “vigilante”, que deberá contar con los medios necesarios para actuar ante una posible emergencia.
Es imprescindible diseñar un plan de actuación en caso de emergencia antes de iniciar los trabajos, formando a las personas y trabajadores afectados, así como asegurar su implantación.
Por aplicación de lo dispuesto en el RD 2177/2004 los trabajos en altura que se desarrollen utilizando las técnicas de acceso y posicionamiento por cuerda deben planificarse y supervisarse de manera que se pueda socorrer inmediatamente al trabajador que sufra un accidente o percance, tanto si se vale o no por sí mismo. En este tipo de trabajos, en espacios confinados, se debe igualmente planificar y supervisar los trabajos de manera que incluyan procedimientos de rescate y/o auto-rescate adecuados a las circunstancias y condiciones del lugar de trabajo.