“El reto más importante es mantener a ANETVA como referente a nivel nacional”

David Cendal, director gerente de la asociación, habla de los retos del nuevo año y repasa la evolución durante sus más de veinticinco años de vida más allá de la crisis económica y la transversalidad.
Los retos de ANETVA ante el nuevo año son varios. “Principalmente, seguir mejorando. De ahí la apuesta que hemos hecho para mejorar la imagen de la asociación a nivel nacional”, sostiene David Cendal, director gerente de ANETVA. “Seguir afianzando las relaciones a nivel internacional con otras asociaciones, a través de los contactos que mantenemos con el comité europeo pero también con Latinoamérica –prosigue–. A nivel nacional, en cuanto a normativa, estamos desarrollando la cualificación profesional de Trabajo Vertical, en el cual estamos haciendo una labor muy interesante. Estamos muy involucrado en la actualización de la nueva guía técnica del Instituto sobre equipos de trabajo, en el que tiene parte el trabajo vertical”.
Cendal añade, además, en una entrevista que hace balance del año recién finalizado y de la que esta es la tercera –y última– entrega: “También estamos en un proyecto muy importante de análisis de la siniestralidad de lo que es el trabajo en altura, no solo en nuestra actividad, sino en temas de andamios, de escaleras, de plataformas elevadoras, en tierras inclinadas, en cubiertas… Pero el reto más importante es el seguir manteniendo a la asociación como un referente a nivel nacional”.

“El reto más importante es seguir manteniendo a ANETVA como referente a nivel nacional”

El éxito de la transposición de la directiva 45/CE/2001
ANETVA ha cumplido ya veinticinco años y su intervención en el mayor reconocimiento que hoy tienen los trabajos verticales ha sido importantísimo. “Han sido veinticinco años en los que han pasado muchas cosas. En tanto tiempo se puede analizar el devenir de la asociación y ver todos los éxitos que se han ido consiguiendo, desde crear una asociación bien organizada y estructurada, como fue a partir de 2001 con la contratación de profesionales que se han dedicado a administrar y gestionar la asociación, y que no dependiera de una empresa en particular o de un presidente, ejecutivo, director y demás”.
Más allá de esta profesionalización de la estructura de la organización, Cendal destaca “que el éxito que ha marcado el devenir del trabajo vertical en España y de la asociación en particular fue el proceso de transposición de la directiva 45/CE/2001”. Y lo explica detalladamente: “Los primeros borradores que conocimos, como interlocutor social que somos –porque estamos dentro de la mesa de aplicación de la ley de 1977 de libertad sindical–, no eran muy halagüeños, ya que relegaban el trabajo vertical, como si estuviera prohibido o fuera el último recurso que se podía emplear para hacer trabajo en altura”.
La labor en ese momento de la Junta Directiva y de los profesionales de ANETVA fue revertir, en la medida de lo posible, esa gran limitación que existía hacia esta actividad. “Conseguimos que se tuvieran en cuenta todas nuestras propuestas a la hora de entender que esta actividad también es segura si se cumple todas las exigencias desde el punto de vista de seguridad y prevención, que debe ser consustancial a su ejercicio”, describe el director gerente de ANETVA. “Partiendo de esa base, conseguimos que los borradores del que hoy es el Real Decreto 2177/2004 –continúa– en cierto modo levantaran la mano a la hora de entender que el trabajo vertical es un tipo de trabajo en altura que se puede hacer sin mayor exigencia que la de cumplir con la normativa vigente y con la seguridad que debe tener este tipo de trabajo”.

Una actividad que no para de crecer
Actualmente, son más de un centenar de empresas las que se reúnen en ANETVA. Eso da idea del empuje, de la gran realidad que hoy es el sector del trabajo vertical en España. Un sector que no para, por otra parte, de crecer, salvada la crisis económica. “Lógicamente, esta es una actividad muy transversal, que entronca con multitud de trabajos y tareas en altura y de diferentes sectores y ámbitos laborales –repasa Cendal–. La crisis la padeció entre 2008 y 2012, pero de una manera indirecta, sobre todo a través de las grandes empresas de construcción que tiraban de esta actividad. Aquellas empresas que estaban adscritas a constructoras, a grandes promotoras, pues sí que vieron afectada su actividad a nivel de empresa”.
No obstante, afirma: “Sí que ha habido una reducción del número de empresas a nivel nacional, sobre todo de la figura del autónomo, que sí que se ha visto muy afectado, pero no ha sido una crisis tan grande como la que ha tenido el sector de la construcción”. Y precisa aún más: “En campos como la rehabilitación; el mantenimiento de instalaciones en diferentes sectores, como pueden ser telecomunicaciones o aerogeneradores; en obra civil, en cuanto al mantenimiento de grandes infraestructuras, en puertos y turismo, ha habido un retroceso, pero las empresas de trabajo vertical han conseguido subsistir en mejor modo que otros”.

“El reto más importante es seguir manteniendo a ANETVA como referente a nivel nacional”

Transversalidad y la “armonización” de intereses
La gran transversalidad que posee el trabajo vertical le ha beneficiado, pero también le condiciona. “Esa transversalidad nos beneficia en la medida en que estamos en muchos sectores y nos conocen. Pero nos perjudica porque cada uno se quiere abrogar el conocimiento y la capacitación de los técnicos de las propias empresas a la hora de ejecutar los trabajos, poniendo una serie de cuestiones encima de la mesa que lo que hacen es dividir más que sumar”, señala Cendal volviendo al campo de la formación. “Porque si creamos diez mil estándares y diez mil maneras de entender las cosas –dice–, pues al final los que salen perjudicados son la propia actividad y los propios trabajadores, que se van a ver abocados al día de mañana a que una empresa de aerogeneradores le pida una formación y si mañana se va a una plataforma petrolífera le exijan otra porque sí. Cuando en realidad, la operativa formativa es la misma y los conocimientos son los mismos”.
La realidad es que “cada uno quiere aplicar el trabajo vertical en el sector en el que está y nosotros no queremos que sea así”, explica el director gerente de ANETVA. “Es decir, nosotros intentamos una armonización, ahora que está tan de moda esta palabra desde el punto de vista fiscal. Lo que decimos es que un trabajador vertical debe de tener una formación, como dice el Real Decreto 2177, con unos conocimientos determinados, no digo básicos, en relación con lo que vaya a hacer”, apunta. “Esa transversalidad hace que cada sector, por ejemplo, el de rótulos, quiera un módulo específico para publicidad. Lo mismo, por citar otros, los de aerogeneradores y telecomunicaciones –responde–. No debería ser así, sino que la formación de trabajo vertical debe servir para cada uno de ellos. De ahí la intención de armonizar una formación específica en trabajos verticales que pueda servir en cada sector”.
Por ello, manifiesta además: “Entendiendo también que nosotros, como asociación que lleva más de 25 años impartiendo formación, no podemos hacer cursos específicos para cada uno de estos sectores. Hacemos cursos de formación en vertical para que el trabajador, en función de donde esté, pueda aplicar esas técnicas y adquiera experiencia en el sector en el que vaya a prestar esos servicios. Si no tendríamos cursos infinitos. Y eso no puede ser”.